Receta de Carpaccio de buey con trufa y lascas de queso curado
El carpaccio de buey con trufa y lascas de queso curado es un alimento con un sabor único. Lo mejor es que tú puedes hacerlo fácilmente.
El carpaccio de buey con trufa y lascas de queso curado es una opción segura en las fiestas y celebraciones. No obstante, también puede ser preparado en casa para pasar un fin de semana diferente. Este plato es un aperitivo cuya característica principal es permitir la ingesta de ciertos cortes de carne cruda. Aunque parezca una alternativa algo arcaica, este alimento data de mediados del siglo 20. Su creación se le atribuye a Giuseppe Cipriani, dueño de un prestigioso bar veneciano. En ese momento, esta preparación se trató de una improvisación para una condesa. Una vez hecho el experimento, Cipriani buscó emparentar esta receta poco convencional al arte. Siendo amante de la pintura bautizó a este bocado con el nombre de uno de sus pintores favoritos: Vittore Carpaccio. El aspecto de estos platos guarda relación con las tonalidades propias de este artista, el cual utilizaba rojos y amarillos muy vivaces. Fue así como un hostelero ilustre se convirtió en el creador de una propuesta gastronómica con diversas variantes y una técnica bien definida.
El carpaccio es esencialmente carne cruda de vaca, ternera, salmón y algunos otros animales. Algunos procesos son necesarios para poder tener la consistencia y sanidad necesaria. En principio, la carne sometida a su preparación debe pasar por el congelador. Además, los cortes deben ser extremadamente delgados para asegurar que los líquidos y la maceración hagan de cada bocado un alimento más seguro. En este caso, el aderezo no solo es utilizado para dar sabor sino que también es implementado para lograr que las carnes sean comestibles. Por ello, los complementos que suelen utilizarse son vinagre, aceite de oliva y zumo de limón. Por lo general, se mezcla una vinagreta y es fundamental verter un poco de esta salsa en cada unidad de carne.
Cabe destacar, que a algunos organismos podría caerle un poco pesada esta alternativa gastronómica y que no se recomienda abusar de su consumo. Entre los efectos secundarios, es posible que el comensal contraiga teniasis, una enfermedad estomacal que no suele tener mayores síntomas en el ser humano. Por todo esto, el tratamiento de la carne en el frigorífico suele ser de especial trascendencia a la hora de hacer este plato. Elegir bien el corte de carne es un asunto importante cuando se sirve sin cocción.
El carpaccio de buey con trufa y lascas de queso curado tiene propiedades nutritivas bastante moderadas. No se trata de una fuente de proteína demasiado calórica, debido a que se consume en pequeñas cantidades y como aperitivo. En todo caso, se puede establecer que este es un alimento muy natural y fácil de digerir. Es aconsejable morderlo muy bien y descomponerlo en la boca para pasar después por todo el sistema digestivo con mayor facilidad. También suele ser un recurso utilizado de forma periódica por personas que quieren bajar de peso. La mayor ventaja que tiene este alimento es su riqueza en vitamina B12, potenciadora de la buena digestión y los procesos metabólicos.
Más allá de todo esto, se suele contemplar esta receta como un alimento ocasional ideal para amenizar reuniones y festejos. Ingerirlo de vez en cuando no hace daño y puede ser muy apetecible para el paladar, por supuesto acompañado de la vinagreta, el queso y el ingrediente secreto que son las trufas. A continuación, verás que rápido y sencillo es preparar este bocado que no puede faltar en tus celebraciones… ¡Continua leyendo!
Ingredientes:
Cómo preparar carpaccio de buey con trufa y lascas de queso curado:
- Remojar las trufas en una taza con aceite de oliva.
- Envolver el solomillo en papel film bien apretado y meter en el congelador durante unas tres horas.
- Sacar el solomillo del congelador y cortar en rodajas muy finas con ayuda de un cuchillo bien afilado.
- Cubrir las rodajas de solomillo con papel film y aplastarlas con ayuda de un rodillo para estirar más.
- Servir las rodajas de solomillo sobre un plato cubriéndolo por completo.
- Mezclar el aceite de oliva, el zumo de limón y el vinagre en un bol.
- Cortar las trufas en rodajas finas e incorporar a la vinagreta.
- Verter la vinagreta sobre el carpaccio de buey repartiendo las rodajas de trufa.
- Cortar el queso mozzarella en lascas y repartir por todo el carpaccio.
- Salpimentar al gusto.
Lo mejor de esta receta es que se puede aplicar a varios tipos de carne también a verduras. Por ejemplo, existe una propuesta de carpaccio de patatas muy saludable y positivo para el sistema digestivo. También se pueden añadir algunas hierbas aromáticas como el tomillo, lo cual también favorecerá la ingesta…Realmente, la creatividad es el único límite para aderezar este delicioso carpaccio. Corta la carne muy fina, haz tu vinagreta y a disfrutar… ¡Ahora te toca a ti!